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Nunca nos hemos alejado de la crisis pero parece que en Navidad hemos querido sumergirnos en las fiestas, y olvidar por un momento nuestros problemas aunque, inevitablemente sigan donde los dejamos.
Al hilo de la crisis, os voy a contar algo que me ocurrió el otro día. Iba en el metro y como siempre en el vagón entró un músico. Era un chico negro y sólo nos pidió una sonrisa. Y para ello nos dió un buen argumento.
Nos dijo a todos los que estábamos allí, que con caras largas y deprimidas no solucionariamos nada, la realidad no cambia por ello, pero si nuestra actitud cambia y tratamos de poner un poco de optimismo, un poco de ilusión, este mal rato puede pasar más suave.
Además si buscas trabajo, siempre preferirán a alguién cargado de positivismo que a un deprimido que enturbie el ambiente de todos los demás.
Proyectar buen humor con una simple sonrisa, siempre te ayudará más y como en este momento sólo tú puedes ayudarte. Hazlo.
Aquel chico nos hizo sonreír a todos y no merecía una moneda, merecía mil. Sobre todo porque supongo que él, lo estaba pasando peor que algunos de los que estábamos allí. Ahora más que nunca necesitamos ilusión, sonrisas y buen rollo. De eso estoy segura.
Hoy Soficó no va a opinar.
Este es un tema en él que los niños no deben entrar. Feliz día para todos.
