Al comenzar el verano hay un montón de revistas que nos proponen libros para disfrutar de ellos en la playa, en la piscina o para leerlos tranquilamente bajo un frondoso árbol durante una tarde calurosa.
Pero… ¿Qué pasa cuando ya nos los hemos leído? Si estamos en un hotel, el libro rápidamente se convierte en un peso muerto dentro de nuestras ya abultadas maletas.
Así que una buena solución podría ser dejarlo sobre la mesilla o en la recepción del hotel, para que otro turista pueda disfrutarlo.
Y si no estás en tu país, todavía mejor. Por que todos sabemos lo difícil que es encontrar libros en nuestro idioma, si estás en un lugar no hispanohablante. Buaaa, sería un regalo genial para otra persona.
Además estoy casi segura que muchas de las mini bibliotecas que hay en algunos hoteles, están hechas a partir de estos libros cedidos por amantes de la lectura veraniega.
Así que este verano hazte donante de libros y además de darle una segunda vida a tu libro, puede hacer feliz a otro viajero.
Yo voy a regalar este.
Si alguno de vosotros lo ve en un hotel durante su viaje, que sepa que una vez fue mío.
La opinión de Soficó. Aún con 10 años.
A lo mejor es divertido leer libros que otra persona ha dejado para que alguien los lea porque pueden ser interesantes. Por qué no. Hay que probar.