Hacia un montón de tiempo que no paseaba por el Madrid de Benito Pérez Galdós. Por esas callejuelas que frecuentaban Fortunata y Jacinta como la calle Marqués viudo de Pontejos.
Esa calle sinuosa que desemboca en una plaza y por ser curiosa, hasta te indica el estado civíl del marqués. Pues justo ahí, en la plaza, sigue igual que yo la recordaba la famosa mercería Pontejos.
Los mismos mostradores, el mismo género, los mismos dependientes no lo sé, era yo muy pequeña cuando acompañaba a mi madre, pero quizá sigan allí, con su guardapolvos, más de un veterano. Por que me da la sensación que es un negocio como los de antes, para toda la vida. Cosa que ya no se estila.
La única innovación y bastante notoria para mi y para todos los turistas que no paraban de hacer fotos, es que ahora dan talleres de costura en la calle. En la plaza justo pegando con la fachada de la tienda.
Allí se reunen cada tarde un montón de mujeres de todas las edades y hacen sus labores. Me sorprendió mucho el taller de bolillos, yo creía que era ya un arte casi, casi en extinción, porque es bastante complicado de hacer. Pues no. Los talleres de costura de la casa Pontejos, porque antes no eran tiendas si no «casa», lo mantiene vivo aunque sólo sea por las tardes en esa plaza.
La opinión de Soficó. 10 años.
A mi me gustan más las papelerías porque para mi son más entretenidas. Y además yo no tengo ni idea ni de botones, ni de lazos ni de eso.
Cómo me gusta a mi pasear por la zona de Pontejos. El problema es que siempre vuelvo de ahí cargada de cosas!
Me gustaMe gusta
Hace mucho que no voy a pontejos, porque a parte de que estoy en plan ahorro y que me pilla un poco lejos, la última vez que fui me agobié un poco.
Me gustaMe gusta
ja, ja es verdad.
Me gustaMe gusta
Ahora está muy animado.
Me gustaMe gusta