La mejor tarta de chocolate del mundo existe. Yo la conocí en un cumpleaños y me llamó tanto la atención su historia, que ahora me he lanzado a ir en su busca.
Primero tienes que llamar para encargarla, no se vende de otra manera. Para comenzar ya es más divertido que entrar en una pastelería, mirar las tartas y decir: quiero esa.
Me preguntaron qué versión quería. Hay dos tipos, la que lleva un 70% de cacao y la tradicional con un 53% de cacao. Yo como soy una loca del chocolate, le pedí la más intensa y pensé: ¡Como me voy a poner! Voy a tener que ponerme a régimen de por vida. Pero como no lleva ni harina ni fermentos, no me corté.
¿De 8 raciones o de 14? Me preguntaron. Ahí fuí un poco más prudente y para compensar pedí la pequeña, ja,ja.
También me preguntaron cómo había conocido la tarta. Claro, es interesante saber por dónde llega la información para saber qué vías estan funcionando mejor. En mi caso fue un «Boca-oído» que en este producto está funcionando muy bien.
Así que al día siguiente fuí a buscar» La Mejor Tarta de Chocolate del Mundo». Este es su nombre y creo que muy acertado, ya que en él mismo está implícito su posicionamiento de marca y además, te reta a probarla y opinar si es así o no.
LLegué hasta la calle Alcalá, busqué el número 89 y… sorpresa.
Me encuentro ante el portón de una casa de la zona. Con un portero automático y una placa que rezaba: «La mejor tarta de chocolate del mundo» Genial. No me había equivocado de lugar. Era allí. Estupendo, pensé, todavía más interesante. Así que entré, pasé un patió interior antiguo y muy bonito, me encantan las casa de antes, y allí estaba frente a mi la pequeña tienda.
Allí conocí a Isabel y a Irina, por cierto simpatiquísimas, que tienen la exclusiva de distribución en Madrid.
Creo que igual que las personas, hay cosas que nacen con estrella y esta tarta tiene ese «algo especial», para empezar tiene una historia propia.
Su creador, el portugués Carlos Braz Lopes, un día decidió dejar de ser administrador de empresas y lanzarse a cumplir su sueño, abrir su restaurante y dedicarse a la cocina, así que se instaló en el mercado de Santa Clara, allí nació su famoso «Bolo de chocolate». A la gente le encantó, muchos iban exclusivamente para probarla. Después empezaron a encargarla para fiestas hasta que un día, alrededor de aquella tarta, se levantó una confitería, sólo para comercializarla. Precioso ¿no?
Bueno, yo he llegado a casa con ella y ahora Soficó y yo vamos a someterla a nuestro tercer grado y dar nuestro veredicto.
Primero voy a pasar el cuchillo por agua caliente para que el chocolate no se pegue al cortarla.
¡Uummm! Tiene un sabor intenso a chocolate, se funde en la boca. Es como un souffle pero también tiene un punto crujiente. Es curiosa la cantidad de experiencias que tienes en un sólo momento. Pero sí, es verdad, es la más buena que yo he probado y confieso que soy una buena catadora de dulces.
Pero lo mejor es que cada uno tenga su propia opinión, así que acércate a la tienda y prúebala.
La opinión de Soficó.
Esta crujiente y se desaparece en la boca. A mi no me gustan las tartas, ni si quiera las de mi cumpleaños pero esta sí me gusta. Y va genial con Fanta de naranja.
Vaya pintaza que tiene esa tarta, con razón se llama así; parece además que ha pasado la prueba con el veredicto de Soficó, que parece una juez muy exigente.
Un besito y feliz semana
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La verdad es que tiene una pinta especial… mmm
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La tarta de verdad que está buenísima. No lleva nada de harina ni levadura. Así que es bastante ligera. La recomiendo y, ojo, es una recomendación totalmente desinteresada. Gracias por tu comentario. Nos vemos el miércoles.
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Sí. Esuna tarta muy curiosa. Bss
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