Agatha y las diabólicas manzanas.

Agatha Christie es para mi una de las autoras más queridas, quizá porque el primer libro adulto que leí, estaba escrito por ella y después fuí deborando, una a una todas sus novelas incluidas sus obras teatrales que son escasas.

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He rebuscado un poco en su vida buscando el paralelismo con sus tramas literarias y es curioso ver, como el entorno de un autor se cuela en su imaginación para pasar a formar parte de la ficción.

La jóven Agatha visitaba de forma periódica a su tía abuela Margaret en su increíble residencia de Ealing. Ella fue la que le inspiró el personaje de la entrañable y sagaz Miss Marple, también fue ella la que le murmuraba durante las veladas, las canciones infantiles y un tanto macabras que acabaron pululando en el interior de la cabeza de Agatha. Si has leído sus obras, en algunas, la clave está en las canciones como en «Diez Negritos».

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A Agatha le encantaba observar el ajetreo de la casa, y una de las estancias que más llamaban su atención era la fresquera, repleta siempre de legumbres, frutas confitadas, libras de mantequilla, kilos de azúcar, té a granel, botellas con jarabes de colores…

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Los opulentos almuerzos dominicales siempre acababan con un apoteósico postre. Mientras degustaba todo tipo de exquisiteces, Agatha contemplaba con ojos soñadores a los invitados: coroneles retirados, capitanes de marina, viudas solemnes y pastores que a menudo se excedían con el oporto.

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Pero lo que más le gustaba a la jóven era comer una suculenta tarta de manzana mientras escuchaba las inagotables anécdotas que contaba su tía sobre sus vecinos.

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Más tarde, durante su madurez, las manzanas se convirtieron en la aficción de la autora. Dicen que urdía sus intrigas encerrada en el baño, mientras devoraba manzanas. Su fruta preferida junto con los melocotones que cultivaba en su propiedad de Greenway House.

En su honor, aquí os dejo una receta de la tradicional tarta de manzana inglesa.

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  • Un paquete de masa quebrada
  • 30 g de mantequilla
  • azúcar avainillado
  • 1 huevo
  • 1,2 k de manzanas
  • 100g de pasas
  • 1 vaso de zumo de manzana
  • canela.

Extendemos la mitad de masa en un molde previamente engrasado. Precalentamos el horno a 180 grados. Pelamos las manzanas y las troceamos. Las rehogamos en una sartén con la mantequilla hasta que estén blandas y añadimos las pasas. Lo dejamos hasta que todo esté bien tierno añadiendo el zumo de manzana si fuera necesario. Una vez terminado lo dejamos reposar.

Cascamos un huevo y separamos la clara de la yema. La clara la montamos y se la añadimos al relleno. Vertemos esta mezcla en el fondo de la tarta, espolvoreamos el azúcar avainillado.

Después, con la otra parte de la masa cubrimos el preparado uniéndolo por los bordes, le hacemos unos cuantos orificios pequeños a manera de respiraderos. Pincelamos la superficie con la yema del huevo reservada.

Cocemos la tarta durante 45 minutos o hasta que la masa quede dorada. Se puede servir con nata, crema o helado de vainilla.

Y a disfrutarla mientras lees «Las Manzanas» de Christie.En inglés se publicó como «Hallowe´en Party»

«¿Qué ha ocurrido? preguntó Poirot con voz tajante. -Es allí donde la encontraron-  repuso Mrs. Oliver-. Alguien le había hundido la cabeza en el agua, en medio de las manzanas. »

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La opinión de Soficó. 10 años.

¡Uy! Yo manzanas ya no. Me dan mala espina.

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